En el barrio de Casetas, cerca del campo de fútbol, se encuentra la BALSA DEL OJO DEL CURA, uno de los pocos humedales que quedan en el entorno de Zaragoza. A mediados del siglo XX, entre Casetas y Garrapinillos existían decenas de balsas creadas de forma natural por las dolinas (hundimientos del terreno por disolución de sustratos calizos y de yesos) que afectan a la zona. A final de los años 60 el barrio de Casetas tiene un rápido crecimiento urbanístico y la balsa, considerada como una zona encharcada, insalubre e improductiva comienza a utilizarse como escombrera, no valorando el papel que desempeña al captar los excedentes de agua en los regadíos de la zona y pasando por alto el elevado valor paisajístico y natural de estos humedales.
Tras tiempo de lucha de los vecinos de Casetas, el Ayuntamiento de Zaragoza impulsó la recuperación de la balsa, invirtiendo en su limpieza y acondicionamiento. El espacio hoy cuenta con un observatorio de aves, un espacio para juegos infantiles, una fuente y mesas y bancos de madera. Sus aguas de alta salinidad, se encuentran rodeadas de un carrizal que tapiza las orillas. El nivel de aguas varía a lo largo del año, aumentando en invierno debido a las precipitaciones. Estas características hacen que en este entorno se puedan encontrar aves migratorias como cigüeñuelas, aviones comunes, golondrinas, abejarucos, etc., que podemos ver entre los meses de primavera y verano. En invierno se pueden observar anátidas como ánade real, focha común, zampullín, etc. En el 2009 esta balsa es incluida en el Catálogo de humedales protegidos del Gobierno de Aragón, por su enorme valor natural.
El mapa del parque se realizó en abril de 2013. Los recorridos propuestos para este parque son los siguientes: